lunes, 23 de marzo de 2009

Discriminar.








Foto: Julio Molina.


El concepto discriminar proviene del latin discriminare que significa separar, distinguir. En el uso actual el término se utiliza para indicar la asimetría, la desigualdad, diferencia, y por tanto se asume de previo, como prejuicio, que existen modelos ideales y "no ideales", buenos y "malos", deseados y "no deseados".
Los prejuicios sirven como justificación para establecer los límites de unos grupos frente a otros con el fin de promover diversas formas de discriminación como religiosas, raciales, políticas, de género, de opción sexual, estéticas, de capacidades diferentes, por lo tanto los prejuicios han servido como instrumentos de poder para marginar, segregar, apartar.
En todos los tiempos y en todas las sociedades y culturas se han utilizado recursos mítico-mágicos para establecer las diferencias, algunos de ellos se convirtieron en costumbres y otros han llegado hasta el ámbito normativo, basta señalar el Apatheid en Sudáfrica que consistía en la segregación que los blancos establecieron hacia los negros a través de una ley en 1948 y que fué abolida hasta en 1994.
Por ejemplo, en nuestro país existen muchas formas de discriminación, a pesar de que en nuestra Constitución Política se establece que las/los nicaragüenses somos iguales ante la ley y tenemos derecho a igual protección (Arto. 27), así como el Estado tiene obligación de dictar leyes que aseguren que ningún nicaragüense sea objeto de discriminación por razón de su le ngua, cultura y origen (Arto. 91).
En la vida cotidiana podemos vivir a través de experiencias personales discriminación y rechazo por la forma de vestir, la opción confesional, las preferencias sexuales, el acento al hablar, el color de la piel, los peinados, tatuajes, maquillajes y accesorios estéticos, el grado de nivel de satisfacción de las necesidades, restricciones en el acceso a espacios privilegiados por el dinero y la tecnología, y la clase social.
Hay grupos, sobre todo de la cultura urbana de nuestro país que asumen códigos de identidad que los auto-identifica y a la vez los separa, es un algo como el "ser nosotros" y " nos-otros", nosotros-los-que-no-somos-los-otros, y logran su propósito de mostrarse ante la sociedad como personas/grupos (auto) marginados, segregados, apartados.
En una sociedad en la cual prevalecen los prejuicios y la discriminación florece la desigualdad. Existen recursos accesibles para todas y todos en nuestra vida cotidiana que tienen un carácter ético, social y cultural y constibuyen a reducir las brechas como la educación en valores de solidaridad, comprensión, tolerancia y el respeto.

María Dolores Álvarez.




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