jueves, 23 de agosto de 2007

Carta de principios para una otra Europa

Carta de principios para una otra Europa
INTRODUCCIÓN
UNA OTRA EUROPA ES POSIBLE
Este es el horizonte creado por los movimientos sociales anti-neoliberales, hacia un nuevo escenario en la construcción de una Europa de los pueblos.
La negativa de los pueblos francés y alemán al “Convenio de Adopción de una Constitución Europea” reveló el fracaso de la construcción del neoliberalismo europeo antidemocrático y patriarcal, por resultar ser intercambio entre Estados sin la participación de los pueblos. Las elites exigieron ejercer un poder investido en ellas, pero que no les había sido conferido. El déficit democrático que ha caracterizado la construcción actual tiene que ser cubierto. Las movilizaciones europeas durante los primeros años del siglo XXI en contra de la guerra, el neoliberalismo, el sexismo y el racismo; en contra de la destrucción de los derechos democráticos y sociales y de la privatización de servicios públicos y en demanda de la garantía de los Derechos Universales, han abierto el camino hacia la elaboración de una “Carta de Principios para Otra Europa”, que deseamos someter a su consideración.
Los Principios de Otra Europa son todos igualmente importantes y tienen como base:
• igual dignidad entre las personas y la inviolabilidad de cada persona frente a toda institución;
• paz, libertad, justicia y seguridad como recursos individuales y colectivos;
• igualdad entre todos, primero y sobre todo, la paridad entre hombres y mujeres, garantizando las diferencias y las diversidades;
• democracia como el resultado de una representación y participación igualitaria;
• ciudadanía europea basada en el lugar de residencia;
• derechos sociales, derecho al trabajo y derechos laborales, la única solución para eliminar la pobreza, las diversas formas de exclusión y el empobrecimiento;
• economía socialmente equitativa, basada en la solidaridad, y en la vida sustentable y democrática;
• libertad de los pueblos y libertad ciudadana.
Europa no es lo mismo que Unión Europea: el proceso de expansión por medio de las políticas neoliberales está provocando en el Este, e incluso en el Oeste, desempleo, pobreza, exclusión, y está fomentando diferentes formas de chauvinismo.
La construcción de Comunidades Europeas y de la Unión Europea ha estado caracterizada por el peso asignado a los gobiernos, a las autoridades no electas, al papel central del mercado, al derecho a la competencia abierta y a las corporaciones transnacionales (alrededor de las cuales han estado estructuradas las relaciones sociales y económicas, así como las instituciones mismas). A partir de ahora, nos enfrentamos a una constitución económica -las leyes del mercado son el centro de los convenios y prevalecen sobre las decisiones políticas democráticas- en clara oposición a los principios fundamentales de las Cartas constitucionales del Siglo XX.
Por el contrario, se debe afirmar la prioridad de los derechos sociales, políticos y culturales fundamentales, lo cual requiere una economía distinta que haga comunes los bienes naturales –tierra, agua, aire, energía- y los servicios públicos. Debe ser un compromiso hacia un vasto proceso de reapropiación social –nuevas formas de propiedad social- a fin de satisfacer todas las necesidades sociales y permitir un desarrollo democrático que pueda ser ecológicamente sustentable.
La Europa que deseamos está basada en la primacía de los derechos para todos y en el principio fundamental de participación directa de los ciudadanos en la toma de decisiones públicas y colectivas. Europa debe ser la unión de pueblos libremente asociados, cimentada en una democracia constitucional y un espacio público que una más allá de fronteras nacionales, caracterizada por la democracia en cada nivel.
POR UN OTRO MUNDO
La Otra Europa está basada en la paz y el reconocimiento de la diversidad universal. Rechaza todas las estrategias de dominación económicas y militares y todas las formas de racismo y chauvinismo
La Otra Europa contribuye en la construcción de la paz del mundo: reconoce y promueve las diferencias culturales e históricas, en el contexto de la igualdad de los derechos individuales y colectivos, y los Derechos Humanos Universales. De esta manera, las nuevas raíces de Europa son consecuencia de la “sangre mezclada” - una amalgama de diversos orígenes nacionales y étnicos, gracias a la amplia contribución de los migrantes: la violencia contra los migrantes en el nombre de fronteras institucionales es inaceptable.
La experiencia histórica colonial europea, tanto interna como externa, caracterizada por la dominación política y social, por el saqueo de recursos, por guerras que arrojaron millones de víctimas, impone a Europa responsabilidades con respecto a las condiciones económicas y sociales de la mayor parte del mundo, particularmente el Sur y Europa del Este.
El principio de solidaridad y respeto deben guiar las relaciones entre países al interior del territorio europeo y del resto. Europa tiene que actuar consciente de los intereses comunes hacia los derechos sociales y económicos.
Europa sostiene el derecho de los pueblos a decidir su propio futuro y realizar sus propias elecciones en materias económica, social, cultural y del medio ambiente. Europa se compromete a garantizar la soberanía de cada pueblo sobre sus recursos naturales y su medio ambiente.
El derecho humano al desarrollo es inalienable, al mismo nivel que otros derechos fundamentales. La Europa que deseamos participa en la creación de un orden económico internacional que dé respuesta a este requerimiento y en este contexto coopere de tal manera que reconozca la disparidad de condiciones y promueva la necesaria igualdad de derechos.
La cancelación de las deudas externas de los países pobres es una medida inmediata, necesaria y elemental
Los acuerdos económicos deben incluir el reconocimiento y una aplicación recíproca de los derechos humanos de acuerdo con las regulaciones y convenciones internacionales.
Europa sostiene el proyecto de gravar las transferencias de capital internacional y se opone a su libre circulación, propone la creación de relaciones económicas regionales que se oponen a la lógica del neoliberalismo.
La Otra Europa rechaza la ley del “libre mercado” y la existencia de un “derecho comercial” dominante que resulte de éste. El cuerpo del derecho internacional es único y válido para todos los Estados e instituciones internacionales, financieras, económicas, sociales y políticas. La otra Europa trabaja para integrar a todas las instituciones internacionales dentro de unas Naciones Unidas democratizadas y radicalmente reformadas.
POR LA PAZ Y LA SEGURIDAD
Europa está fundada sobre la paz y sobre la seguridad que son resultado de una justicia social entre las comunidades y los pueblos
Nuestra Europa rechaza la guerra como un medio para resolver los conflictos internacionales y reconoce a la paz como un derecho fundamental de los seres humanos y de los pueblos
Nuestra Europa juega un papel activo en la defensa y promoción de los valores universales como condición para la permanencia de la paz: dignidad, libertad, igualdad entre los seres humanos, y derechos sociales, económicos y democráticos.
Nuestra Europa está comprometida a construir la paz enfrentando cualquier forma de discriminación, injusticia, explotación, exclusión y amenaza, usando el derecho internacional, las negociaciones políticas y la diplomacia como instrumentos fundamentales. Rechaza todos los intentos, internos y externos, dirigidos a convertir a Europa en un poder militar en una escala global.
La Europa que queremos reconoce los derechos de autodeterminación de todos los pueblos, respetando y garantizado los derechos de las minorías y sus diversidades, siempre que observen los derechos fundamentales. Como resultado de este derecho, los pueblos deben ser libres de decidir acerca de la autonomía política y su soberanía en las esferas económicas, sociales y culturales.
Nuestra Europa reconoce los derechos de los individuos y los pueblos a resistir la opresión y las injusticias por cualquier medio, siempre que esta resistencia no implique la violación de los derechos humanos universales.
Por esta razón, nuestra Europa sostiene las diferentes iniciativas para crear un sistema internacional de justicia capaz de sancionar a los Estados y a todos los actores responsables por crímenes de guerra.
Europa trabaja por el compromiso activo de instituciones internacionales en contra de cualquier forma de opresión militar, social y económica; y rechaza como un asunto de principios, el uso de la fuerza militar. Es por ello que está a favor de la disolución de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de todas las alianzas militares, así como en favor de la eliminación de todas las bases militares extrajeras a lo largo del mundo
Europa rechaza las guerras “humanitarias” y “preventivas”, por considerar que la guerra nunca resuelve problemas. Por el contrario, sólo produce nuevas violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional. Por las mismas razones rechaza además todas las formas de dominación colonial e imperial.
Europa repudia todo uso y producción de armas nucleares, todas las armas de destrucción así como la tortura, la pena de muerte y todas las formas de trato degradante. Está comprometida con el desarme y la desmilitarización a fin de construir un mundo abierto y agradable, y una sociedad que asegure el tránsito y el establecimiento libres de los seres humanos.
En aras de crear las necesarias condiciones para un orden internacional democrático y pacífico, nuestra Europa promoverá una política global de cooperación para el desarrollo, garantizada por tratados bilaterales y multilaterales, y reforzando los derechos políticos, económicos y sociales de los ciudadanos y los pueblos.
Nuestra Europa reconoce los derechos de los individuos y las comunidades de una vida libre de agresión, peligro y amenaza: su seguridad es consecuencia de la seguridad de otros. Por esta razón se instalará un amplio, interdependiente y común sistema de seguridad que desplace la noción de seguridad de Estados, hacia la seguridad de los seres humanos.
En nombre de estos principios nuestra Europa se abstiene de cualquier acción ofensiva cuyo pretexto sea prevenir conflictos, y fomenta la promoción de soluciones pacíficas y la humanización de las relaciones internacionales.
POR UNA EUROPA CONTRA LA DISCRIMINACIÓN
Nuestra Europa respeta y garantiza en todas sus esferas el principio de igualdad entre los ciudadanos respetando sus diferencias y diversidades
Europa reconoce como valor fundamental y garantiza el derecho de igual estatus e igualdad efectiva entre hombres y mujeres en todas las esferas de la vida política, económica, social y privada, así como la libertad de orientación sexual.
Europa esta en contra de la comercialización de las relaciones sexuales y garantiza los derechos de las personas prostituidas.
Todos los ciudadanos participan de manera igual en la vida política. Las instituciones políticas adoptan medidas restrictivas para alcanzar la igual participación de mujeres y hombres dentro de instituciones, cuerpos de decisión y agencias y organizaciones políticas y sociales.
Cada persona que reside en Europa con bases permanentes obtiene su ciudadanía con todo lo asociado.
Todas las instituciones públicas tienen que garantizar los derechos humanos y las libertades de mujeres y tomar medidas contra toda forma patriarcal. Toda mujer en todo país tendrá la libertad de decidir sobre su cuerpo, en especial tendrá el derecho al aborto, a la anticoncepción, el derecho de decidir sobre su maternidad y de controlar la decisión sobre la fertilización artificial. Toda mujer tendrá el derecho de decidir cómo lleva su vida privada (celibato, matrimonio, cohabitación, divorcio). Las instituciones tienen que tomar acciones contra toda forma patriarcal. Tienen que comprometerse a acabar con toda forma de trafico humano y esclavitud.
Europa se compromete a actuar con determinación contra el racismo, el antisemitismo y la islamofobia.
Las instituciones públicas toman y promueven toda iniciativa necesaria dirigida a acabar con la violencia sexista contra mujeres y niños dentro y fuera de la familia y llamar a todos los países a elaborar una ley marco contra la violencia hacia las mujeres, junto con medidas eficaces para su implementación.
Europa afirma el laicismo de las instituciones públicas, garantiza la dignidad y libertad de conciencia de todos los ciudadanos sin hacer caso de sus orígenes, opiniones o creencias; garantiza la libertad de práctica religiosa, individual o colectiva, si ésta respeta los derechos de todos los ciudadanos.
Europa reconoce el principio de libertad de establecimiento y la libre circulación, garantizando ésta como derecho universal. Garantiza el derecho al asilo. Todos los pueblos tienen el derecho a la autodeterminación, mientras ésta incluya garantizar los derechos fundamentales de los individuos.
Toda persona que pertenezca a una minoría nacional tendrá el derecho de decidir ser reconocida y respetada cómo tal, sin obstáculo alguno que resulte de esta decisión o de una práctica relacionada con la misma.
La lengua materna de alumnos y estudiantes en escuelas públicas es respetada y tomada en cuenta; su enseñanza es facilitada.
Las instituciones públicas contribuyen con sus acciones a superar barreras materiales, culturales, simbólicas y lingüísticas que existan entre las personas.
POR UNA EUROPA DEMOCRÁTICA
Hoy la Unión Europa no es democrática. No hay una separación de poderes: el órgano ejecutivo de la Unión es a la vez legislativo; el Consejo Europeo (también conocido como Consejo de Ministros) es un órgano legislativo, mientras que es al mismo tiempo un lugar de encuentro de ejecutivos nacionales
Deseamos afirmar la primacía del pueblo como fuente irremplazable de legitimidad democrática y de igual participación de mujeres y hombres, como el principio democrático fundamental al tomar decisiones que les conciernen.
Un proceso de refundación democrático tiene que empezar desde dentro, es decir, que la gente o los ciudadanos tienen que jugar el papel principal para construir una Europa social y democrática, para que las decisiones políticas tomadas por los ciudadanos sean consideradas más importantes que las leyes del mercado y el beneficio privado.
La Europa que estamos visualizando será una Unión de Pueblos, será construida en el nombre de, por y con sus pueblos, organizada de manera democrática en todos los niveles.
El final del déficit democrático de las instituciones europeas empezará cuando – dentro de la constitución política de Europa – podamos proclamar “Nosotros, los pueblos de Europa” antes que “Nosotros, los Estados de Europa”.
Entonces, la transformación progresiva de una Europa de los Estados a una Europa de pueblos unidos, organizada de manera realmente creativa, tiene que ser marcada por instituciones políticas que adquieren su legitimidad por la voluntad del pueblo expresada directamente por consultas o iniciativas populares o indirectamente por la elección de asambleas europeas representativas o con la participación de ciudadanos europeos en los diferentes niveles (local, regional, nacional) o en las diferentes jurisdicciones políticas y sociales donde se toman decisiones colectivas que les conciernen.
Por esto, nuestra democracia constitucional europea constituye una nueva entidad política. La representación política en el espacio europeo es una democracia de diferentes niveles e incluye la representación de los pueblos, de países, de regiones, de comunidades locales.
Una democracia transnacional es además fundada en la cooperación, sin jerarquizar entre sus diferentes niveles. Además, la estructuración de las instituciones tiene que ser fundada en el diálogo y la cooperación entre iguales y no en la jerarquía dada entre diferentes autoridades políticas o jurisdiccionales nacionales y europeas.
En todo espacio, los ciudadanos intervienen en importantes decisiones políticas, económicas y sociales. Para esto, ellos eligen y controlan a sus representantes.
En cada nivel de competencia, los órganos de gobierno son responsables de las instituciones representativas.
Tienen que ejercer la iniciativa legislativa y el control político – en asociación con los ciudadanos e instituciones nacionales, regionales y locales.
Por una Europa realmente democrática, el derecho a la información y la libertad de comunicación tienen que ser tratados como derechos políticos, colectivos e individuales, fundamentales. Estos garantizan la autonomía de comunicar, de informarse, de desarrollarse libremente y de participar de manera igual en las redes de información y comunicación en la esfera pública de Europa.
POR LOS DERECHOS SOCIO-ECONÓMICOS
Igualdad de derechos y solidaridad son un pilar para nuestra Europa. Ellos garantizan la cohesión social de nuestras sociedades
Los derechos socioeconómicos han sido obtenidos a través de la movilización social y consagrados en la Declaración de la ONU de 1948, por los Pactos de la ONU de Derechos Económicos y Sociales adoptados en 1966, por las Convenciones de la OIT, por la Carta Social Europea de Turín de 1961, por la Carta Comunitaria de los Derechos Sociales Fundamentales de los trabajadores de 1989, y por la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW).
La defensa y el desarrollo de los derechos socioeconómicos constituyen uno de los objetivos de nuestra Europa. Europa es, en todos los niveles, conjuntamente responsable por la real y efectiva garantía de estos derechos, de acuerdo con los principios de indivisibilidad y universalidad. Ellos forman parte integrante de los derechos fundamentales.
Los derechos declarados deben estar sujetos a la jurisdicción de las cortes europeas y nacionales. Cualquier acto de instituciones europeas que viole el contenido esencial de estos derechos debe ser pasible de anulación por la Corte Europea, así como la no aplicación de los mismos por los cuerpos judiciales nacionales. El acceso al sistema judicial está garantizado, en especial para personas con escasos recursos.
El respeto de los derechos socioeconómicos está basado en los siguientes principios:
• El principio de la no regresión social: ninguna decisión europea puede contravenir lo que ha sido adquirido ni los derechos sociales reconocidos por una legislación nacional.
• El principio de nivelación para arriba de las normas, permitiendo el fortalecimiento de las protecciones legales acordadas para los trabajadores, en lugar de alinearlas con el común denominador más bajo de las legislaciones nacionales. La aplicación para todas las mujeres en todos los países de la cláusula europea que es más favorable a ellas.
Las bases de nuestra Europa es el respeto al derecho y dignidad de los trabajadores sin importar su situación laboral.
Igualdad, cooperación, solidaridad, la definición democrática de las necesidades y los derechos sociales son los valores dominantes de Europa. Ellos reemplazan a la competencia y el libre comercio.
Cada ciudadano europeo tiene el derecho a beneficiarse con una calidad de vida que provea protección contra la pobreza y la exclusión, y permita la participación plena en la vida social y cultural: esto significa la erradicación del desempleo, la inseguridad económica, la pobreza y todas las formas de exclusión.
El salario común y las normas relativas a la renta mínima que no puede ser rebasada serán fijados tomando en cuenta el grado de desarrollo y las ganancias que han sido obtenidas en cada país. Una renta mínima per cápita garantizada, salarios mínimos y un calendario de armonización “hacia arriba” de los derechos sociales serán definidos en función a esto.
El derecho a un trabajo y a un ingreso debe ser aplicado a la par de la prohibición de todas las formas de discriminación basadas en la religión, el sexo, la orientación sexual, las opiniones políticas o el país de origen. El principio de “igual pago por igual trabajo” debe convertirse en realidad.
Cada uno tiene el derecho de elegir libremente su trabajo
Los trabajadores auto-empleados (comerciantes, campesinos) tienen también el derecho a garantías de ingreso, a formación, a condiciones de trabajo, y a representación democrática.
La reducción del horario de trabajo será un objetivo a través de Europa, empezando con la generalización de las 35 horas por semana.
Europa actúa en todos sus niveles para asegurar que los contratos estables de trabajo sin duración fija se conviertan en norma a través del continente.
Todos los trabajadores estarán protegidos contra los despidos. Cualquier despido arbitrario de trabajadores está prohibido. El derecho de los accionistas a cerrar empresas sólo para beneficio propio será prohibido. Cualquier proyecto de despedir trabajadores debe estar acompañado de las garantías para los trabajadores en términos de formación, manutención del ingreso, y el retorno al trabajo.
El trabajo nocturno está prohibido para menores de 18 años y está autorizado solamente en sectores donde sea esencial.
Europa reconoce el diálogo social, la libertad sindical y el derecho a formar asociaciones como sus valores fundamentales. Todos los trabajadores tienen:
• el derecho a escoger y elegir libremente a sus representantes;
• el derecho a la negociación colectiva a nivel de la empresa, de su categoría ocupacional, en los niveles nacionales y europeos;
• el derecho a aprobar los acuerdos colectivos que le conciernen;
• el derecho a huelga, incluso por motivos de solidaridad y causas políticas, a nivel local, nacional y europeo. Los paros patronales están prohibidos.
La representación justa y la democracia en el lugar de trabajo y en los sindicatos constituyen derechos fundamentales en todos los niveles. La representación de los trabajadores y los sindicatos, democráticamente electos a nivel europeo, es uno de los elementos de la democracia europea.
Un Consejo Europeo de la Empresa (CEE) tiene que existir al interior de todas las compañías con establecimientos en varios Estados. El CEE tiene la potestad de recabar información, de realizar consultas previas así como intervenir en las decisiones gerenciales concernientes al tamaño de la fuerza laboral, las condiciones de trabajo y las opciones económicas de la compañía. Para garantizar los mismos derechos a todos, las compañías que subcontraten servicios serán responsables por los trabajadores empleados por sus subcontratistas.
El seguro social, los beneficios de desempleo y las pensiones, reflejarán, tanto en su funcionamiento como en su forma de financiamiento, una lógica pública basada en la solidaridad, en lugar de recurrir a sistemas individualizados sujetos al mercado (fondos de pensión, seguros privados, etc.) El sistema público (seguro social) tendrá que garantizar un nivel de vida decente para todos, cualesquiera fueren las contingencias.
A los efectos de garantizar el efectivo respeto de los derechos presentados en esta Carta, Europa debe establecer políticas económicas y sociales apropiadas, en todos los niveles. En particular, el dumping fiscal y el dumping social se acabarán con una armonización de políticas fiscales y de servicios públicos que no estén más sujetas a la competencia.
POR LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Defender los servicios públicos debe estar en el corazón de las propuestas para otra Europa
Los servicios públicos, al margen de las diferentes formas en que puedan estar organizados en los diferentes países, no deben estar bajo responsabilidad de la competencia desde el sector privado y el ánimo de lucro. Ellos deben asegurar la satisfacción de los derechos fundamentales y el acceso de todos a los recursos comunes de la humanidad.
Los servicios públicos deben suponer el público y democrático manejo de esos recursos. Ellos deben ceder a un proceso de reapropiación social, a través de satisfacer las necesidades de las personas, estableciendo un proceso para definir dichas necesidades en las esferas en que los servicios públicos operan. Esto implica una salud igualitaria, educación, vivienda y transporte, así como todos los medios modernos de comunicación.
La comercialización y el empobrecimiento del conocimiento, la educación y la investigación deben parar
• La educación debe ser considerada como un derecho fundamental garantizado para todos, contribuyendo al real desarrollo cultural de cada uno. Europa debe apoyar sistemas educacionales públicos mixtos y no sexistas, que:
• permitan la emancipación social y cultural de todos y se liberen de nuestro no igualitario esquema de sociedad; el sistema educacional debe apoyar la inclusión social y evitar la selección social. No deben generar discriminación basada en el origen, la clase social, aptitudes físicas o género. Los niños escolares de familias inmigrantes, aquellos que sufren de discapacidad física o las personas que sufren exclusión social deben ser integrados sistema educacional regular y no deben ser separados a través de la existencia de diferentes trayectorias educacionales.
• promuevan la activa participación de los niños escolares durante sus estudios así como el respeto del diferente tiempo de aprendizaje necesitado por cada niño para dar resultados.
• desarrollen un espíritu crítico y excluyan toda forma de proselitismo.
• La Educación debe garantizar la completa independencia de estudiantes, profesores e investigadores en lo que se enseña y en las investigaciones que conducen, y no deben ser constreñidos por la lógica de la utilidad a corto plazo. La investigación debe recibir suficientes fondos públicos para llevar a cabo sus tareas (la producción y difusión del conocimiento, formación y, vía investigación, pericia).
La salud es un derecho
• el sistema de cuidado de la salud debe ser público, gratuito y disponible para todos. Debe respetar la integridad física y psicológica de los ciudadanos y del personal de salud.
• todo el personal médico y los ciudadanos deben involucrarse en las instituciones que manejan el sistema de salud. Las instituciones deben dar prioridad en particular a la activa participación de los ciudadanos en el manejo del sistema de cuidado de la salud.
Por un derecho real a la vivienda para todos, cada uno debe ser apto a tener acceso a una vivienda real, gracias a autoridades públicas de la vivienda que sean dotadas de financiamiento y recursos legales que los habiliten a promover políticas masivas de construcción de viviendas sociales y que combatan la especulación con los terrenos y los precios de la tierra.
POR UN MEDIO AMBIENTE SUSTENTABLE
Medio ambiente, producción y consumo sustentables
La lógica del neoliberalismo es por su propia naturaleza desperdiciadora y predatoria. Las tecnologías de hoy podrían cubrir todas las necesidades de la humanidad. En su lugar, grupos financieros crean necesidades artificiales (con publicidad subliminal) en países donde hay poder de compra, explotando recursos humanos y naturales en el mundo entero. El llamado “tercer mundo” es la parte más vulnerable, cada día mueren más de 15.000 niños por hambre y enfermedades curables. El cambio climático antropogénico irreversible es el peligro más grave para la Tierra y es también una catástrofe social global.
Visión de un nuevo estilo de vida:
Existe una necesidad absoluta para Europa de cambiar hacia un nuevo estilo de vida, de producción y consumo sustentable. Ahorrar materiales y energía, un cambio radical en el uso de combustibles fósiles a recursos renovables, separar el crecimiento económico del incremento de transporte de bienes, asegurar seguridad química y ecológica y poner freno a la pérdida de la biodiversidad – estas acciones no son opciones sino una necesidad.
Los intereses vitales de los pueblos, como la salud, tienen que contar más que los intereses de corporaciones y de los grupos financieros que repiten sin fin la “perdida de competitividad” – lo que de hecho solo significa aumentar sus ganancias ya enormes. Las naciones europeas no deberían de competir a través del llamado “dumping” social, económico y ambiental sino colaborar para el cambio hacia la sustentabilidad: Tenemos que dejarles el medio ambiente y la sociedad a las generaciones futuras en un estado que no esté peor que el estado en el que los hemos heredado de nuestros antepasados. Los primeros pasos hacia este fin son: internacionalización del “costo externo” (por cualquier uso de recursos naturales, por contaminación y descarga de deshechos), reforma de los impuestos ambientales, incluyendo el impuesto Tobin y la introducción de varios indicadores de medición de la sustentabilidad, en lugar del único indicador actual, el Producto Interno Bruto, que no dice nada sobre la calidad de vida. Los nuevos indicadores tienen que contener criterios económicos, ambientales y sociales.
Hay que adoptar una concepción radicalmente diferente del desarrollo: económica en su uso de recursos naturales, ecológica, respetuosa hacia el medio ambiente, centrada en la capacidad humana y respetando la diversidad cultural, la protección del medio ambiente y la seguridad marítima.
Las nuevas formas de movilidad deberían de ahorrar energía a través del apoyo del transporte público antes que el privado, dar preferencia a los trenes antes que los carros y el transporte aéreo, evitar el transporte innecesario de bienes, por ejemplo a través de introducir cuotas y cobrar impuestos sobre el combustible para el transporte aéreo y marítimo.
El transporte alternativo tiene que ser facilitado con una combinación de la marcha a pie y el transporte en bicicleta con el transporte público.
Recursos naturales, recursos compartidos de la humanidad
Los recursos naturales no tienen que estar sujetos a los derechos de propiedad intelectual o patentes. Quedándose afuera de dominios comerciales y privados, tienen que ser administrados por políticas públicas e involucrar la participación de los ciudadanos. Tienen que quedar fuera del ámbito de los tratados comerciales.
• El agua es una posesión común y el acceso al agua potable es un derecho fundamental al que todos tienen que acceder. Las instituciones públicas tienen que proveer la distribución del agua y su administración tienen que incluir la participación de los ciudadanos.
• El consumo de energía tiene que cambiar radicalmente. Se requieren nuevas decisiones según los principios siguientes: cada vez mas ahorros en el uso de energía, diversificación de fuentes y prioridad a las energías renovables y sustentables. Para ahorrar energía el uso de transporte no contaminante tiene que ser fomentado y el transporte público tiene que ser desarrollado y apoyado.
• También las viviendas tienen que respetar estrictas normas ecológicas. Los riesgos ambientales deben ser considerados en las políticas de salud pública. Tienen que existir regulaciones que controlen claramente a industrias contaminantes, en particular a las que tienen que ver con la producción y comercialización de sustancias químicas.
Las instituciones públicas tienen que garantizar, como derecho individual fundamental, alimentos que sean saludables para comer y en cantidad suficiente
• Frente a corporaciones multinacionales explotando a campesinos, es necesario desarrollar y aplicar regulaciones públicas para desanimar sus prácticas. En cambio hay que proveer apoyo para todo sistema agrícola que no contamine, para sistemas de trabajo intensivo antes que de capital intensivo y para circuitos de distribución cerrada. Hay que desanimar las prácticas agrícolas contaminantes. Tiene que ser prohibida la producción de productos transgénicos (excepto en un contexto estrictamente restringido a investigaciones básicas).
• En todas las regiones del mundo y en todos los países hay que respetar el principio de soberanía alimentaría, que es el derecho de decidir las propias políticas agrícolas y alimentarías de cada país. Por esto los países de Europa tienen una responsabilidad particular en desarrollar sus políticas agrícolas y en sus tratados comerciales con los países del Sur. Estas políticas agrícolas y comerciales tienen que tomar una dirección fundamentalmente nueva para respetar los principios de la soberanía alimentaria.
¡Paz, igualdad, justicia, libertad, democracia, derechos sociales y fundamentales!
¡Por otra Europa, por otro mundo fundado en la solidaridad, por un medio ambiente sustentable!

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