jueves, 23 de agosto de 2007

La unidad de la diversidad: hipotesis para una nueva democracia

La unidad de la diversidad: hipotesis para una nueva democracia
Leo Gabriel
Los análisis de los procesos autonómicos en América Latina expuestos en los capítulos precedentes nos han demostrado una diversidad sin límites de formas y especies, de tipos y variables en la que se desenvuelve la política de la diversidad. Así como los paisajes geográficos reflejan la calidad geológica del suelo como la altura del mar, la distancia ecuatorial y el tamaño más o menos grande de los mantos acuíferos en una determinada región, también las estructuras sociales y culturales que son el resultado de largos procesos históricos, tienen su propio rostro inconfundible. ¿Quién no reconocería a primera vista las diferencias entre los indígenas del altiplano de Chiapas o de Ecuador y los pueblos costeños de mesoamérica o los indígenas amazónicos? ¿Y quién confundiría los misquitos que viven en la Costa Atlántica de Nicaragua con los criollos y garífonas de Afrecha que habitan en el sur? ¿O quién se atrevería de comparar a los chechenios del Cáucaso con los indígenas de América Latina?
Nosotros lo vamos a intentar aplicando una combinación entre métodos de ciencias sociales y ciencias naturales que nos permitan comparar lo aparentemente incomparable. En los últimos capítulos se ha hablado muchas veces de las diferencias que existen entre las distintas regiones autonómicas, esto se hizo también porque no se puede comparar lo idéntico y porque el espíritu meticuloso de la ciencia siempre trata de orientarse en las diferencias que en las similitudes. Particularmente los métodos del análisis social desarrollados en el Norte contienen el peligro de querer no solamente diferenciarse sino también discriminar a los demás. Esto llega a veces hasta el punto que culturas ajenas sean vistas fundamentalmente como otras especies, negándoles de manera más o menos conciente, cualquier derecho a una subjetividad propia.
Todo esto muchas veces ha proliferado el concepto que los seres humanos se conviertan en objetos multifacéticos de un mundo mercantil que se orienta en la mera superficie por lo cual la calidad de ser humano se esta negando en la medida que se destacan extremadamente las diferencias. De esta manera los africanos se convierten en caníbales, los suizos en la encarnación de la lentitud y los latinoamericanos en volcanes de emoción sin cabeza y raciocinio..
Solamente cuando se reconoce lo común entre las diferentes culturas y solamente cuando el ojo del observador entrenado de ver las diferencias se reconoce así mismo como parte del otro se abre la posibilidad para la comunicación humana y la comprensión entre los pueblos. En este sentido el reconocimiento de la propia subjetividad del ser humano es una condición indispensable para el conocimiento de los demás.
Para reconocer esta unidad en la diversidad se necesita, sin embargo, más que las medidas de los métodos de investigación cuantitativa. Porque no se trata de encontrar el denominador común más pequeño sino de descubrir la mayor integralidad común (en alemán: Ganze; en griego: holon), cuya unidad solamente puede existir en la diversidad. O dicho de otra manera: las diferentes culturas son solamente señales diferentes de aquel mundo único e intercultural en el cual participan de igual manera observadores y observados.
Sobre la base de esta comprensión fundamental queremos ahora correlacionar a los diferentes y distintos procesos autonómicos que hemos estudiado en los últimos tres años -no tanto comparándoles como unidades independientes sino como partes de un todo rico de variaciones que todavía tenemos que encontrar y reconocer. Con esto no se trata de construir un „modelo“lineal y abstracto sino de un proceso de -construcción que reduce los procesos sociales complejos y multifacéticos a sus elementos fundamentales.
Como se trata de procesos sociales que han elegido la autonomía como principio de la vida y de la supervivencia en un mundo crecientemente enajenado, todos estos tienen evidentemente entre ellos ciertas similitudes. Si se trata de la relación entre cultura y multiculturalidad en Oaxaca, en Kuna Yala o en el Chapare boliviano es tan poco importante como la diferencia entre los colores de los uniformes de los soldados en Chiapas o en la Amazonía ecuatoriana. Aún más: son las condiciones estructurales semejantes que han llevado a decisiones políticas parecidas.
Para descubrir y describir estas condiciones estructurales semejantes habría que investigar primero los distintos procesos autonómicos en cuanto a sus raíces culturales, políticas y económicas, lo cual se ha hecho en los capítulos precedentes. Ahora la tarea es otra; se trata de crear a partir de las diferentes experiencias de los equipos de investigación de LATAUTONOMY una estructura común de las autonomías multiculturales que puede servir a todos aquellos como punto de referencia que se han encomendado al difícil camino de la autonomía.
La manera de proceder es relativamente sencilla: al investigar, según los tres ejes principales de la investigación la estructura de los procesos autonómicos nos estamos haciendo una pregunta muy esencial: ¿Qué cualidades tienen que tener los procesos autonómicos multiculturales para garantizar un desarrollo sostenido? ¿Cómo se puede concebir una estructura sostenible de autonomías multiculturales que corresponda a todas las lecciones que aprendimos de los procesos autonómicos existentes?
A pesar del método estructural y la forma sistemática que hemos querido aplicar, esta presentación sintética no se debe entender como una concepción estática, sino como un movimiento dinámico en el sentido de una Autopoiesis que permite simbolizar una especie de guía de las autonomías multiculturales.
Como punto de partida para este proceso de reflexión nos servirá aquella pirámide presentada ya al principio de este libro, un cristal que contiene los diferentes parámetros (Categorías Básicas) de nuestra investigación. Pero mientras que esta estructura nos ha servido al principio de la investigación de formular las preguntas correctas y de asegurar que no hayamos olvidado ninguno de los elementos constitutivos de los procesos autonómicos la estamos utilizando ahora para sistematizar la respuesta a la pregunta: ¿Cuál es la estructura de una autonomía multicultural sostenible?
Siguiendo con las comparaciones analíticas entre los diferentes procesos autonómicos hemos desarrollado "diez hipótesis de sostenibilidad“. Estas hipótesis fueron desarrolladas por los seis Centros de Investigación en América Latina y los cinco Institutos en Europa con la finalidad de correlacionar las conclusiones generalizadas del proyecto con los diferentes parámetros metodológicos de la investigación.
Como base para este análisis nos han servido los datos sistematizados en el banco de datos durante la primera fase de la investigación. Estos datos se pueden consultar en el CD adjuntado a este libro; fueron completados, durante la segunda fase de la investigación, por una amplia gama de opiniones y de grupos focales; y finalmente complementados por un análisis de la sostenibilidad de los diferentes procesos autonómicos investigados cuya metodología fue descrita en el capítulo anterior. Hay que recordar que la noción de la sostenibilidad que hemos utilizado a lo largo de esta investigación es una noción integral y holística que no contempla solamente la dimensión ecológica de las autonomías multiculturales.
El método de análisis de sistemas de la sostenibilidad nos servirá entonces para la verificación y /o falsificación de las hipótesis convirtiéndolas en las 10 Tesis principales de LATAUTONOMY. Existe también la posibilidad para los (a) lectores interesados particularmente en el tema de seguir investigando por su propia cuenta utilizando el CD interactivo para el análisis comparativo entre los diferentes procesos autonómicos.
De esta manera los observadores de este proceso de investigación se pueden convertir en participantes de la búsqueda de una estructura global que no es una simple imagen de la realidad, sino una síntesis de los casos investigados que se han convertido en una guía de autonomías multiculturales, tanto para las que ya existen como para aquellas que están en proceso de nacer.
1. Hipótesis del Equilibrio
En un sistema autonómico que es un proceso social del cual emerge un nuevo sujeto político debe existir un equilibrio entre la dimensión política-jurídica, la dimensión cultural-intercultural y la dimensión económica-ecológica. Si un proceso autonómico tiene carencias de una de estas dimensiones (por la sobre dimensión de otra), existe el peligro que actores externos (Estado nacional, terratenientes, compañías transnacionales Etc.) penetran el sistema lo subvierten desde adentro y lo destruyan.
Relación Investigada: Autonomía Política - Cultura - Desarrollo Económico
Fórmula breve: Sostenibilidad = política + cultura + economía
Está tesis se refiere como ninguna otra a la integralidad del sujeto autonómico que indica si los elementos constitutivos de un proceso autonómico son completos o no. Al igual que el hombre que vive no solamente, pero también del pan de cada día y que tiene que tener la capacidad de perseguir sus metas de manera auto-determinada también cada comunidad o sociedad que aspira a la autonomía tiene que ser capaz de mantenerse así misma, de articular valores comunes y de desarrollar mecanismos propios de auto-gestión.
La experiencia muestra que las diferentes dimensiones de la subjetividad autonómica es articulada de manera diferente. A veces-como demuestra el caso del Chapare boliviano, pero también el de Chiapas de los zapatistas - la dimensión política es tan pronunciada que las otras dos dimensiones o una de ellas queda corta. En una situación de conflicto político con un adversario muy poderoso hasta habrá una necesidad de fortalecer la dimensión política, es decir de focalizar las energías colectivas para resistir a los embates del enemigo.
Sin embargo los dirigentes de un movimiento de resistencia tienen que estar conscientes que este estado debe ser transitorio; si no se corre el riesgo que las estructuras políticas se endurecen tanto que impiden el desarrollo de la autonomía cultural. Como ocurrió por ejemplo en Nicaragua en la época de la revolución sandinista, donde se formó no sólo en las regiones autónomas de la Costa atlántica, una élite político-militar que terminó de destruir la dimensión cultural pero también la dimensión económica que había existido a principios de los años 80. Como consecuencia de ello fuerzas político-militares externas (como los Estados Unidos y los "contras" que dependían de ellos) lograron romper el consenso cultural y político desde dentro de las estructuras formalmente autonómicas.
Pero también una autonomía que se comprende así misma como cultural va a toparse con sus límites económicos y/o políticos. Esto demuestra el ejemplo de los indígenas kunas en Panamá donde la concentración de las comunidades a sus tradiciones culturales ha relegado la autonomía económica a un segundo plano. Sobre todo en la generación de los jóvenes han surgido fuertes discrepancias que a mediano plazo podrían llevar a un desequilibrio de la autonomía política (vea Bernhard Albrecht: Analísis de Grupos Focales en Panamá.
Y finalmente también la fijación de la autonomía hacia asuntos meramente económicos puede representar un peligro de romper con el espíritu comunitario sin el cual ningún proceso autonómico se puede desarrollar. Esto demuestran muchas de las cooperativas y redes de una economía solidaria que existen en las regiones autonómicas pero que carecen a veces de valores comunes que van más allá de los objetivos económicos. Una alianza meramente económica de grupos y comunidades no constituye un proceso autonómico, porque carecen, cuando surgen conflictos de intereses, de referentes culturales o políticos comunes, sin los cuales estos conflictos no se pueden resolver.
Queda la pregunta muy importante para quienes conforman un sujeto autonómico: ¿Qué hacer para balancear los desequilibrios que existen entre las diferentes dimensiones de las autonomías multiculturales?
• El primer paso importante para atacar el problema es reconocer estos desequilibrios y discutirlos públicamente, no negarlos por las ansias de poder de determinados grupos políticos externos o internos, o con el pretexto de tradiciones culturales que impiden el desarrollo de una autonomía política.
• El segundo paso sería trabajar en aquellos campos que pertenecen a las dimensiones en que consisten las mayores carencias: en el campo de la educación en un caso y en la sostenibilidad económica en el otro. Si hay lagunas en el campo de la interculturalidad se podría fortalecer la tradición cultural profundizando la espiritualidad comunitaria o se podrían organizar discusiones y/o representaciones públicas ( bailes, teatro, eventos deportivos etc.) en el marco de actividades comunitarias. Cabe recordar en este contexto que un proceso autonómico siempre es un proceso comunitario y que el consenso sobre una determinada medida es por lo menos tan importante como el sentido político de la misma. Porque sin el consenso se perjudicaría el proceso político y produciría un nuevo desequilibrio en el sentido arriba señalado.
• Para desarrollar la autonomía económica es recomendable fortalecer los mercados locales para diversificar la producción hacia una subsistencia ampliada al interior de las regiones autonómicas. Esto contribuiría a reducir la dependencia de los mercados nacionales e internacionales y a sustituir la economía monetarista proliferada por el neoliberalismo, por los mecanismos de una economía solidaria basada en el intercambio (trueque) de bienes y servicios.
El fortalecimiento de las autonomías multiculturales y el éxito de su lucha por el reconocimiento por parte del Estado nacional depende en gran medida del equilibrio entre las diferentes dimensiones de la autonomía ya que éste incide fuertemente en la correlación de fuerzas entre el Estado nacional y el sujeto económico; dado que el equilibrio refleja el grado de la cohesión social y política del sujeto autonómico que es uno de los indicadores más importantes para el desarrollo sostenible.
Porque el desarrollo sostenible de un proceso autonómico no es una cuestión del poder político en el sentido acostumbrado de la palabra. La prueba más contundente de ello es el ejemplo de las comunidades zapatistas en Chiapas que han logrado construir sus llamados Caracoles, bajo los ojos de más de cincuenta mil soldados del ejército mexicano, su propio sistema político basado en la multiculturalidad y una economía auto sustentable.
2. Hipótesis de la Red:
La sostenibilidad de un sistema autonómico depende de su capacidad de vincular el nivel de las comunidades locales con una estructura regional de manera horizontal e interactiva. A través de un proceso de integración desde abajo se deben crear estructuras políticas económicas participativas que se articulan tanto al interior de las autonomías multiculturales como hacia afuera generando un proyecto de sociedad alternativa.
Esta hipótesis va tanto en contra de cualquier localismo etnocentrista como contra las representaciones jerárquicas que impiden el desarrollo de mecanismos participativos en la toma de decisiones políticas.
Relación Investigada: Política - Cultura (Democracia Participativa)
Fórmula Breve: Red de Comunidades Locales = Estructura Regional
Esta hipótesis intenta de dar una respuesta a la pregunta fundamental: quiénes son los sujetos de las autonomías multiculturales? Son los pueblos o las naciones, las comunidades o las regiones o simplemente son Estados federales que establecen mecanismos representativos en el ámbito regional?
Como con todas las hipótesis la respuesta a ésta pregunta no se dio a través de una teoría política sino por la práctica de los hombres y mujeres que viven en las regiones investigadas. Resultó que en la gran mayoría de los casos la identidad de la población autóctona reflejaba en primera instancia su pertenencia a determinada comunidad, región y étnia y solamente en segundo lugar su pertenencia a un determinado Estado nacional.
Esto implica que la ecuación Pueblo = Estado = Nación que sirvió durante siglos como base ideológica a los Estados nacionales nunca fue aceptada en América Latina por la población originaria del continente. O si existía en alguna época la idea del Estado nacional se fue desvaneciendo de igual manera como en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Lo que cuenta hoy en día mucho más que las ciudadanías formales es la memoria adolorida de una historia de exterminación física, de esclavitud, de persecución y represión militar. Fue está memoria de la muerte que motivó a las étnias supervivientes de despedirse del Estado-Nación para dar vida a este concepto de autonomías multiculturales en América Latina.
A parte de estas razones subjetivas existe también un fundamento objetivo para el desarrollo de las autonomías multiculturales. La investigación de LATAUTONOMY ha demostrado que en la gran mayoría de los casos fueron las comunidades locales los puntos de partida para un proceso de autonomía a nivel regional. Si en Oaxaca ó en Chiapas donde se crearon diez años después de la rebelión zapatista las estructuras regionales de los „Caracoles“ a partir de los llamados Municipios Autónomos ó en Ecuador donde se creó, a mediados de los años 80 la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) a partir de tres alianzas regionales: las comunidades locales constituyen hasta hoy la columna vertebral político-organizativa de los procesos de autonomía regional.
Pero también los procesos de creación de una autonomía territorial como el de los Kunas en Panamá y el de Alto Río Negro en la amazonía brasileña deben su autonomía a una red de comunidades. Mientras que la autonomía de los Kunas tiene un alto grado de homogeneidad étnica, en el Alto Río Negro, se trata de un sistema bastante complejo de alianzas de diferentes pueblos indígenas. Todos estos procesos de autonomía tienen un grado de sostenibilidad mucho mayor que las regiones de la Costa Atlántica de Nicaragua y la de los cocaleros en el Chapare boliviano. Esto también fue uno de los resultados de la investigación de LATAUTONOMY que se refleja en el siguiente diagrama:
Figura 2: Tabla de comparación de los indicadores de democracia participativa y transparencia en la toma de decisiones en tres regiones seleccionadas.
El diagrama muestra que la proporción entre democracia participativa y transparencia en la toma de decisiones es casi igual, lo que deja concluir que se trata de dos lados del mismo fenómeno. La diferencia más bien consiste en el tamaño de las tres regiones que demuestra que la región del Alto Río Negro „supera“ al de las dos regiones de la Costa Atlántica de Nicaragua por casi una tercera parte.
La región del Alto Río Negro se rige por un sistema complejo de alianzas entre los 32 pueblos indígenas que allí viven. Es un sistema de equilibrio entre las diferentes comunidades étnicas que se refleja también al interior de la Federaçao das Organizaçoes Indígenas do Río Negro (FOIRN). Por otra parte la población en las comunidades alrededor de Puerto Cabezas y Bluefields se ve confrontado a un sistema regional de partidos políticos que toma sus decisiones no tanto en función de las comunidades sino según las decisiones de las centrales de los partidos en Managua como consecuencia de ello los ciudadanos ya no participan en los asuntos políticos.
A diferencia de los sistemas de democracia representativa en los Estados nacionales de Europa y de Estados Unidos, las Autonomías multiculturales de América Latina son en su gran mayoría procesos políticos que tienen sus raíces en las autonomías de las comunidades locales. Esta diferencia se explica por el hecho que en América Latina los regímenes de democracia participativa fueron más bien la excepción que la regla - aún después de la llamada Independencia a principios del siglo XIX. Las guerras intestinas entre Conservadores y Liberales que se prolongaron a veces hasta mediados del siglo XX (por ejemplo en Colombia) impidieron el establecimiento de una auténtica democracia representativa.
Pero también las llamadas democracias representativas que se han desarrollado en las últimas dos décadas en casi todos los países de América Latina desconocieron en casi todos los países la representatividad de las comunidades indígenas. Es por eso que la mayoría de los indígenas miran con recelo las llamadas instituciones democráticas que solamente les toman en cuenta el día de las elecciones. Los siglos de opresión les han enseñado ha desarrollar en sus comunidades una cultura política de resistencia; fue esta cultura de resistencia que les sirvió como base para la creación de los procesos autonómicos.
En estos procesos se reveló muy pronto que las poblaciones indígenas pudieron avanzar en sus conflictos con el Estado nacional solamente en la medida en que lograron formar alianzas - tanto con las comunidades de otros pueblos indígenas como con partes de las poblaciones no indígenas asentadas en el territorio autonómico. Esta forma de actuar casi siempre desencadenó un proceso de discusión en las regiones autónomas en que prevaleció el principio de consenso arraigado profundamente en las culturas indígenas sobre el principio de mayorías que rige los sistemas de las democracias representativas.
Esta fue también la razón porque la población indígena desarrolló, sin adherirse a ningún dogma político, un sistema de autonomías que fue a la vez m u l t i c u l t u r a l y p a r t i c i p a t i v a. El carácter participativo de las autonomías reveló una estructura política novedosa para los no indígenas que se puede calificar más bien como una red de comunidades surgidas en siglos de resistencia indígena.
Como siempre sea: se creó un sistema político capaz de desarrollar sus estructuras desde abajo („botton up“) en el marco de un concepto de regionalización que parte de la igualdad de las comunidades con la organización política regional y a veces ( como por ejemplo en Ecuador) hasta en el ámbito nacional. En lugar de crear jerarquías políticas como existen en los sistemas de democracia representativa está lógica de la Política de la Diversidad se basa en la realidad de las asambleas comunitarias donde es mucho más fácil crear estructuras de democracia participativa que en el ámbito regional o nacional. Sin embargo como está lógica de las asambleas también se aplica en el ámbito regional, los delegados de las asambleas nacionales no se convierten en entes autónomos, sino en voceros de las asambleas locales que siempre tienen que consultar antes de cualquier decisión importante.
Esto explica también la diferencia entre un sistema federal del Estado nacional y la estructura de autonomías multiculturales. Mientras que el sistema del Estado federado solamente delega algunas de las competencias jurídicas del Estado nacional en el marco de la llamada descentralización, las autonomías multiculturales parten de las iniciativas locales para tomar sus decisiones. No es simplemente otro gremio que se establece sino toda otra lógica que rige los procesos de regionalización de las autonomías multiculturales. Aprovecha el carácter participativo de las comunidades locales para crear un orden político en que las decisiones permanecen con la población y no se delegan a los representantes.
Si se examina esta lógica reflejada en las autonomías multiculturales en América Latina de manera más o menos pura se llega en el marco de los parámetros del proyecto LATAUTONOMY (Política - Cultura - Economía) a las siguientes conclusiones y recomendaciones:
• Las autonomías multiculturales se destacan por la estrecha correlación entre la dimensión política y la dimensión cultural que se refleja en la vida cotidiana de la población. En este sentido la Política de la Diversidad es algo como la superestructura de una práctica cultural que considera la vida comunitaria como base de la acción política.
• Sin embargo esto implica también que existen necesariamente conflictos entre los sujetos autonómicos y las estructuras municipales y regionales establecidas por el Estado nacional -a menos que los procesos autonómicos logren incorporar estas instituciones del Estado nacional en su sistema de autonomías multiculturales, confiriéndoles otra lógica en el sentido arriba señalado.
• Estos conflictos basados en la polarización entre democracia representativa y democracia participativa solamente se pueden resolver con un proceso de negociación entre el Estado y el sujeto autonómico en el marco de un Diálogo de Culturas permanente que señala la apertura de ambos sistemas políticos.
• Sin embargo, las autonomías multiculturales se tienen que cuidar de no sacrificar el principio de consenso en el altar del principio de mayorías ya que este último podría dividir la unidad política en las comunidades.
En un proceso económico multicultural debe existir una igualdad entre el nivel local y el nivel regional considerando que ambos forman parte de una misma Red de Gobernabilidad. Esto implica que decisiones importantes en el nivel regional solamente se deberían tomar sobre la base de un proceso de discusión en las comunidades locales. Si uno de estos niveles domina al otro puede llevar a tergiversaciones localistas o centralistas del proceso lo que en caso extremo puede resultar en una anarquía (localista) o en una dictadura (regionalista.
3. Hipótesis de Política Económica:
Un proceso autonómico se caracteriza por una interdependencia permanente entre la dimensión política y la dimensión económica de las autonomías. Para ser económicamente sostenibles ambas tienen que basarse en una cultura común que vincula la memoria colectiva del pasado con la proyección hacia futuras generaciones.
Esta comprensión solidaria de la economía relativiza la propiedad privada y rechaza la competitividad como fuerza motriz pero también se dirige contra cualquier forma de poder político que se basa en intereses económicos particulares.
Los investigadores de LATAUTONOMY después de un exhaustivo análisis han llegado ha una conclusión categórica: " entre más grande es el Mercado Libre menor la Sostenibilidad de las autonomías".
Relación Investigada: Economía -Política
Fórmula breve: Economía =Política + Cultura/Interculturalidad
El objetivo de la economía es el de administrar los escasos recursos necesarios para la sobrevivencia y para la satisfacción de las necesidades culturales. El desarrollo económico depende en gran medida de las condiciones de producción y de distribución de los medios y servicios. La práctica dominante del neoliberalismo ha provocado que grandes instituciones de capital determinan las condiciones tanto de la producción como la de mercado en detrimento de la fuerza de trabajo humana lo que conlleva a la exclusión de grandes sectores de la población- incluso a veces a las mayorías.
Para las autonomías multiculturales surge entonces la interrogante a través de que medidas político-económicas se puede reconquistar el espacio económico arrebatado por las empresas nacionales y transnacionales. En las regiones autonómicas investigadas esta „reconquista“ ha comenzado con el cuestionamiento de la legitimidad del llamado „Mercado Libre“ (vea Manuel Ortega: Sondeos de Opinión sobre el Mercado. También la campaña de las comunidades en Chiapas México contra la Coca Cola pertenece a esta lucha al igual que la de Sarayacu en la Amazonía ecuatoriana contra las transnacionales petroleras. Pero también los conflictos por la tierra con los grandes terratenientes herederos de las monoculturas arrebatadas a los indígenas desde la época colonial son el resultado de esta „reconquista“ que proviene de una comprensión cultural totalmente diferente que los pueblos indígenas tienen frente a nociones como „tierra“, „propiedad privada“ y „mercado“.
Figura 3: Estrella de Orientores según Bossel sobre la base de los datos recabados en la Amazonía ecuatoriana y en las comunidades de los Altos, Chiapas, México. Se contraponen orientores económicos y culturales a lo largo del eje de orientores políticos.
Mientras que en la región de Sarayacu los orientores que indican un crecimiento económico sobre la base de los recursos disponibles son bien desarrollados, está capacidad no ha podido prosperar en Chiapas debido a las presiones político-militares existentes. Aunque también en Sarayacu existen conflictos violentos provocados por el ejército ecuatoriano estos no se pueden comparar con la situación en los Altos donde no solamente el ejército mexicano mantiene una permanencia sino también existen fuerzas paramilitares-antizapatistas.
Desde siempre la cosmovisión integradora que representa en los indígenas una dimensión esencial de su ser fue diametralmente opuesta a la concepción de los colonizadores para quienes la economía es solamente una dimensión del tener. En los capítulos anteriores ya fue documentado exhaustivamente que nociones simbólicas como TIERRA tiene antes que nada un significado cultural en todos los procesos autonómicos investigados. Así mismo ocurre con la noción de la propiedad que tiene en los procesos de autonomía indígena casi siempre un significado comunitario.
„Lo propio“ casi nunca se refiere a la pertenencia de una persona, por lo cual esta expresión se contrapone con „lo ajeno“. A diferencia de la comprensión occidental de la subjetividad que se refiere particularmente desde el tiempo de la ilustración siempre a la persona (vea Max Stirner: „ El único y su propiedad“) el sujeto autonómico es una entidad que se orienta a priori a la comunidad.
Esta comprensión tiene consecuencias muy profundas para la evaluación del sistema económico actual. Hace una gran diferencia si el criterio y el objetivo esencial de la economía es el enriquecimiento individual o el mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad. Mientras que en el primer caso el homo oeconomicus, la forma masculina del empresario, actúa como si los demás campos de la vida como la ecología, la cultura o la política no existiesen y que mira a los demás en primera instancia como contrincantes potenciales en una competencia sin fin sobre ganancias, ventajas de impuestos, márgenes de productividad, etc., los miembros de una comunidad autónoma están partiendo del principio de la solidaridad.
De manera estructural esta circunstancia significa que en las regiones autónomas la economía tenga un valor igual a la preservación de la ecología y de la vida e igual a la cultura y a la política. Una discusión sobre el trabajo en días de fiesta o la privatización de campos deportivos sería tan inimaginable como la construcción de torres de petróleo o de represas hidroeléctricas por parte de la comunidad. Sin embargo es esta actitud frente a la vida que choca más con la idea del llamado „mercado libre“ y las orientaciones monetaristas de las políticas económicas nacionales y /o globalizadas, por lo cual los conflictos con las comunidades y regiones autonómicas sobre los recursos naturales están a la orden del día.
No es que los pueblos indígenas están tratando de conservar su propiedad colectiva como muchas veces se afirma equivocadamente sino que están luchando antes que nada por la preservación de su espacio vital. O dicho de otra manera la economía está subordinada a la cohesión política y cultural y no al revés como ocurre en el capitalismo neoliberal.
Todo esto tiene consecuencias muy grandes para la elaboración de un modelo estructural de las autonomías multiculturales:
• Una economía basada en la idea de la solidaridad y ayuda mutua tiene que ser subordinada a la dimensión política de los procesos autonómicos. Esto evita por un lado el peligro de una explotación mutua a través de empresas independientes, pero impide también la creación de una estructura político-económica apartada del resto de la sociedad como ocurrió en los estados nacionales del llamado socialismo real.
• Ambas dimensiones, tanto la política como la económica están basadas en un consenso social de preservación de la vida y de la naturaleza con profundas raíces históricas, religiosas y espirituales. Es por eso que el modelo de desarrollo de las autonomías multiculturales no se refiere a una utopía social ( en griego: ou topos= sin lugar), sino proviene de un proceso de reflexión profunda sobre el pasado. Esta memoria colectiva sirve como apoyo importante a la hora de tomar decisiones de política económica difíciles como ocurrió con los Kunas cuando tenían que decidir si un conducto de fibra de vidrio debe cruzar su territorio autónomo o no.
• Como esta lógica de política económica de las comunidades y regiones autónomas esta opuesta diametralmente a la lógica orientada en el mercado de las empresas transnacionales, es también inevitable los conflictos generados por la expansión del llamado libre comercio en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), de los Tratados de Libre Comercio (TLCs con Estados Unidos y la Unión Europea), del Plan Puebla Panamá (PPP) y de la Asociación para el Libre Comercio de las Américas (ALCA)
• En vista de este potencial de conflictos crecientes el Estado y los gobiernos en turno se encuentran ante la disyuntiva de servir como peones a las fuerzas económicas globalizadoras o de tomar el papel de intermediarios entre los sujetos autonómicos y los promotores de una economía neoliberal mundializada.
Y finalmente es también necesario que los actores de la recién creada sociedad civil internacional aumenten su presión a las empresas transnacionales solidarizándose con los sujetos autonómicos en su lucha de sustituir el mercado libre por territorios liberados de la dictadura neoliberal.
4. Hipótesis de Cohesión Cultural:
En cuanto mayor es el grado de identidad cultural mayor es la efectividad de un sistema autonómico. En este sentido las representaciones religioso-espirituales pero también la formación y educación (inter-)cultural tienen un valor central en la consolidación de un proceso autonómico.
Relación Investigada: Cultura-Política
Fórmula Breve: + Cultura/Interculturalidad =+ Autonomía Política
Tal como fue elaborado ya en las hipótesis precedentes la cohesión cultural tiene un valor sumamente importante en los procesos autonómicos. A la diferencia de las sociedades del Norte construidas bajo la ficción de un Estado monocultural en el cual los partidos políticos son el factor decisivo para la cohesión política, las regiones autónomas carecen muchas veces de esta forma de articulación política. Debido a que en las autonomías multiculturales prevalece el principio de consenso también es difícil de imaginar que estas diferenciaciones políticas de los Estados nacionales tengan en un futuro un papel preponderante para el desarrollo de los procesos autonómicos.
La mejor prueba para el antagonismo que existe entre la estructura política de los Estados nacionales y la de los sistemas autonómicos es el hecho de que en cuanto mayor es la influencia de los partidos políticos en los procesos autonómicos menor su grado de cohesión cultural y política. En la Costa Atlántica de Nicaragua por ejemplo donde tanto el gobierno autónomo como el Parlamento regional y los concejales municipales se componen de miembros de partidos políticos nacionales, existen más conflictos internos.
Figura 4: Estrella de Orientores que comparan la identidad cultural con la capacidad para la acción política en el Chapare boliviano y en la región Atlántica de Bluefields, Nicaragua.
La gráfica demuestra la enorme diferencia entre una organización como la de los sindicatos cocaleros en el Chapare muy preocupados por su cohesión cultural y las formas de organización comunitarias, relativamente difusas en la región de Bluefields. Es por eso que el movimiento cocalero tiene más espacio para la actuación política como sistema autonómico Libertad de Acción)que las comunidades y estructuras autonómicas en la RAAS ( Región Autónoma del Atlántico Sur)
También en México los partidos políticos nacionales (PRI, PAN y PRD), - incluso a veces- por medio de cuerpos paramilitares, han logrado dividir las regiones. También en Ecuador donde el movimiento indígena -al igual que en Bolivia- ha fundado con el movimiento Pachacutik su propio partido político, el gobierno del Coronel Lucio Gutiérrez (2002-2005) ha logrado dividir las bases indígenas. El único ejemplo que muestra lo contrario es el movimiento cocalero en el Chapare ( étnicamente disperso pero culturalmente cohesionado) que logró constituir con el Movimiento al Socialismo (MAS) un partido político que representa la segunda fuerza política de Bolivia.
Para la cohesión cultural de los sujetos autonómicos existen factores que aunque no forman parte del proceso político formal, revelan una unidad de otro tipo que incide indirectamente en la capacidad para la acción política. Entre ellas se encuentran las fiestas comunitarias en las cuales el Mayordomo, el maestro de ceremonias, tiene un papel importante. Pero también rezos y representaciones públicas de símbolos religiosos fortalecen no solamente la identidad cultural sino son también ocasiones para intercambiar mensajes políticos. Pueden tener incluso mayor peso los enunciados de los chamanes y catequistas que los discursos de las autoridades comunitarias quienes a su vez aprovechan estas oportunidades para preparar las decisiones de las próximas asambleas.
Todo esto quiere decir que en los sistemas autonómicos la cultura se convierte en la base para la política, sobre todo cuando sirve para la continuidad histórica del proceso. Hay que recordar que estas formas ritualizadas de afirmar la identidad son también medios para ligar el pasado con el futuro. Cuando el espíritu de los ancestros penetra a los grupos familiares surgen nuevas esperanzas que inspiran desde la abuela hasta los nietos, a todos los miembros de la familia. Y la esperanza es precisamente aquel elemento del cual depende la confianza del sujeto autonómico en sí mismo, elemento que puede ser decisivo en los momentos de peligro en vísperas de una lucha común.
Este análisis socio-antropológico de las estructuras comunitarias revela que a la diferencia de las sociedades capitalistas del Norte, en las autonomías multiculturales del Sur no es el Ser que determina la conciencia, sino al revés: La base cultural se crea su propia superestructura política que genera los impulsos necesarios para transformar la realidad económica.
Pero si eso es así, entonces factores culturales como la lengua y la música tienen tanta importancia como la educación que en las comunidades autónomas no siempre equivale a escolaridad. Tampoco la alfabetización es considerada como un fin en si mismo, sino como un medio para comunicarse con el mundo exterior enriqueciendo la cultura propia por la dimensión de la interculturalidad.
Todo esto implica que en un proceso autonómico se tienen que tomar medidas de política cultural particulares para fortalecer la cohesión política de las comunidades:
• Se debe estimular la memoria colectiva a través de la ritualización de la vida comunitaria sobre la base de experiencias comunes. Con el mismo objetivo puede servir la representación simbólica de la autonomía misma como un proyecto para el futuro que tiene sus raíces en el pasado.
• Hay que promover la unidad espiritual entre hombre y naturaleza en el marco de una cosmovisión ya que ésta es una de las condiciones indispensables para el desarrollo sostenible de los procesos autonómicos. El fortalecimiento de la identidad cultural no siempre consiste en la repetición de rituales propios; también la educación intercultural es importante en la medida que da a los jóvenes la sensación que la vida tradicional y la vida moderna no forzosamente son antagónicas, sino son dos partes del mismo proceso de desarrollo.
• Desarrollar la artesanía, el baile, la poesía y el teatro es muy importante ya que son medios de comunicación que permiten a la vez profundizar y extender la base cultural de las comunidades.
• Y finalmente es muy importante fortalecer un espíritu crítico frente al carácter comercial de la cultura neoliberal destacando el afán expropiatorio de las empresas transnacionales por medio de campañas contra la Coca Cola o en favor de un comercio justo y sopesando los efectos negativos y positivos de la globalización.
5. Hipótesis de la Interculturalidad:
Cuanto mayor es el grado de multi- o interculturalidad mayor es la posibilidad del sujeto autonómico de consolidarse como fuerza pluriétnica y de conseguir la autonomía político-jurídica por la vía de la negociación con el Estado nacional. El diálogo intercultural es a la vez condición y consecuencia para un diálogo político que debería llevar finalmente al reconocimiento jurídico de la autonomía por el parte del Estado nacional.
Relación Investigada: Interculturalidad -Política
Fórmula Breve: Interculturalidad = + Reconocimiento Jurídico
Esta hipótesis se refiere a un elemento central que distingue los procesos autonómicos actuales surgidos a partir de movimientos indígenas de muchas otras autonomías en el mundo: La multiculturalidad. A diferencia de otros sistemas calificados como autonomías en Europa del Este y Oeste las autonomías multiculturales en América Latina no se basan únicamente en la étnicidad histórica para erigir en un determinado territorio una estructura de poder paraestatal como lo intentaron e intentan hacer con métodos más o menos violentos algunas corrientes del país Vasco, los separatistas de Chechenia y algunos pueblos y gobiernos de los Balcanes. La concepción fundamental de los procesos autonómicos de América Latina parte de la comprensión de considerarse culturalmente de un todo más grande que es un estado multicultural en que se refleja un proceso pluriétnico de búsqueda de sí mismo. La multiculturalidad en este contexto significa el reclamo y la concesión frente a otras culturas de desarrollarse en el marco de estructuras políticas, sociales, económicas y culturales.
A diferencia del Estado nacional de proveniencia europea concebido originalmente como estado monoétnico -y los conceptos de autonomía que de allí se derivan-, las autonomías multiculturales no son excluyentes. Al contrario: Su característica constitutiva es la existencia de alianzas con otros pueblos indígenas y/o organizaciones no indígenas. En este sentido la autonomía cultural y política se entiende como un derecho humano que tiene cualquier hombre o mujer que se ha decidido a vivir y convivir en comunidades y regiones culturalmente o étnicamente determinadas.
Es por eso que esta noción de multiculturalidad no se debe de confundir con la idea del „melting pot“ de los Estados Unidos. Según este concepto hombres y mujeres de diferente proveniencia son considerados formalmente iguales, pero al costo de integrarse en el meainstream cultural, el American way of life. A diferencia de éste la multiculturalidad de las autonomías se refiere a grupos, comunidades y redes sociales que se han decidido por su historia, su lengua, su manera de vivir, pero también por sus intereses económicos y políticos y sus visiones de un futuro común, emprender un camino propio, sin excluir a los demás.
Esta noción objetivizante de la Multiculturalidad en que se refleja la percepción del observador se complementa por la noción de la Interculturalidad en la que se refleja la visión subjetiva de los actores participantes en un proceso autonómico. La Interculturalidad se refiere a la apertura de un sujeto autonómico, individual o colectivo hacia los demás miembros de la sociedad, manteniendo su propia identidad. Para esto es necesario abolir sucesivamente los prejuicios frente a otros que piensan y viven diferente, por lo cual la interculturalidad no se debe entender como un sistema, sino como un proceso de aprendizaje permanente.
Por consiguiente la hipótesis de la interculturalidad tiene dos vertientes:
1. Cuanto mayor es la apertura hacia los demás al interior o hacia el exterior de los procesos autonómicos existentes, más fuerte y más amplio es el movimiento para vencer los obstáculos en el camino de la autonomía multicultural. A pesar de que casi todos los procesos autonómicos investigados por los equipos de LATAUTONOMY contienen un alto grado de multi-étnica e interculturalidad, existen también diferencias graduales que en parte derivan de la composición étnica de la población en las zonas autonómicas. Así por ejemplo el grado de multiculturalidad en la Costa Atlántica de Nicaragua es bastante alto ya que la población indígena y negra en las regiones autónomas constituyen una minoría. Casi igual de grande es la multiculturalidad de los pobladores en el Chapare boliviano que han emigrado de otras partes del país. Mucho menor es la fuerza política frente al Estado de las comunidades monoétnicas Kunas en Panamá y de las comunidades pluriétnicas en el Alto Río Negro y en la Amazonía ecuatoriana.
Figura 5: Diagrama de Círculo que compara, en Chiapas y en el Alto Río Negro, los indicadores para la autonomía política con los que reflejan el grado de interculturalidad.
Mientras que en Chiapas, México, los indicadores que se refieren a la educación y comunicación intercultural (B4) se manifiesta también en un alto grado de reconocimiento jurídico reflejado por los indicadores (A1), se puede notar, en el caso del Alto Río Negro una baja en los indicadores del reconocimiento jurídico, a pesar de un valor relativamente alto en cuanto a la comunicación intercultural. Esto último se debe a un intercambio dinámico entre los diferentes pueblos indígenas que viven en la región, a la cual no corresponde una interacción con el mundo no indígena.
Figura 5c: Diagrama de columnas que compara de manera directa la autonomía política y el grado de interculturalidad de Chiapas con el Alto Río Negro
Figura 5d: Estrella de Orientores según Bossel que compara, de manera separada los indicadores para la autonomía política con los indicadores para la multiculturalidad, ambos refiriéndose a Chiapas, México.
Lo interesante en esta comparación es que se puede notar que tanto la subjetividad política como la conducta intercultural aumenta la llamada „efectividad“, significa en este contexto la capacidad de un sistema social de actuar hacia afuera de manera determinada provocando cambios en el mundo que lo rodea.
2. Los diferentes grados de multiculturalidad se reflejan también en la relación de fuerzas políticas que existen entre los sujetos autonómicos y los estados nacionales correspondientes. En el Chapare boliviano y en Chiapas México por ejemplo el movimiento político por las autonomías ha crecido tanto que el Estado puede impedir la toma de poder por el movimiento autonómico solamente utilizando todos sus recursos políticos y militares. Ni hablar de Ecuador donde la Confederación Nacional de Indígenas del Ecuador (CONAIE) ha logrado ya varias veces de destituir y expulsar a los jefes de estado después de grandes levantamientos indígenas. En los tres casos mencionados el movimiento por las autonomías ha logrado convertirse en una fuerza política en el ámbito nacional, entre otras razones también porque ha sido capaz de perfilarse y proyectarse como sujeto multicultural al interior de la sociedad en su conjunto; y esto a pesar de que ninguna de estas fuerzas pretenden tomar el poder del estado central en el sentido de un concepto revolucionario ortodoxo; porque tanto los zapatistas como el MAS (Movimiento al Socialismo) como la CONAIE, más bien intentan cambiar las estructuras políticas desde adentro lo cual resultaría en la creación de un „Estado multiétnico y pluricultural.
Todos estos desarrollos históricos para América Latina implican grandes enseñanzas para el mundo las cuales se dejan resumir de la siguiente manera:
• No obstante que la identidad cultural de un sujeto autonómico es una condición indispensable para la cohesión social en una región de autonomía, es no menos importante que un proceso autonómico se proyecte hacia afuera para tener una relevancia política.
• Para esta acumulación de fuerzas es por un lado necesario un diálogo multicultural permanente de las fuerzas de sociedad civil dentro y fuera de las regiones autonómicas; por otro lado la autonomía es también el resultado de interacciones más o menos conflictivas con el Estado y otros actores políticos y económicos que finalmente tienen que desembocar en un proceso de negociación para conseguir una legalidad jurídica.
• En estos diálogos, conflictos y negociaciones es necesario desarrollar lenguajes y conceptos políticos capaces de transmitir una visión alternativa del mundo con la que se identifiquen también los sectores no indígenas de la sociedad civil nacional e internacional. Tanto el concepto del estado multiétnico y pluricultural de los indígenas ecuatorianos como la democracia participativa de los zapatistas e incluso la idea de un socialismo renovado de los cocaleros de Bolivia están basados en la convicción que un „otro mundo“ es posible. Es un mundo en que vivimos todos, indígenas y mestizos, africanos, asiáticos y europeos compartiendo algunos principios fundamentales que son el resultado de un auténtico diálogo intercultural.
6. Hipótesis Ecológica - cultural:
También la sostenibilidad ecológica depende en gran medida del grado de multi - o interculturalidad de un sistema autonómico. Porque existe el peligro que un proceso autonómico focalizado únicamente en su propia dimensión político cultural se convierta en etnocéntrico destruyendo el medio ambiente por una fijación economicista, tal como ocurrió en la época colonial y poscolonial con el establecimiento de monoculturas agrícolas y ocurre hoy con el establecimiento unilateral del monetarismo comercial en el marco del sistema neoliberal.
O dicho al revés: La vida puede ser solamente protegida de manera duradera si las desigualdades sociales y las rivalidades culturales que pueden llegar hasta una „guerra de civilizaciones“, se reducen por medio de un verdadero diálogo intercultural.
Relación Investigada: Sostenibilidad Ecológica - Economía Intercultural
Fórmula Breve: Sostenibilidad Ecología= Economía +Interculturalidad
Esta hipótesis se refiere al contexto a la relación entre el ecosistema, el medio ambiente de un sistema autonómico y las actividades económicas basadas en su trasfondo cultural.
El concepto de sostenibilidad (vea también el capítulo anterior) parte del principio que todos los sistemas -sociales o ecológicos- son sistemas abiertos. El concepto de sistemas abiertos que fue desarrollado en los años 70 por la biología teórica señala que no hay límites que pueden encerrar un sistema completamente de los demás. Siempre existe una difusión de informaciones conductas y comunicaciones que penetran los límites de sistemas existentes subrayando el carácter de sistemas abiertos.
También en un territorio relativamente apartado como es la Comarca Kuna Yala en Panamá se puede percibir el eco de las informaciones y comunicaciones que han penetrado desde afuera. Porque las avionetas que llegan con bastante regularidad no solamente transportan turistas a la Comarca, sino también indígenas a la capital donde mercancías e informaciones propias a una moderna sociedad de consumo se intercambian de manera acelerada con productos agrícolas tradicionales.
Sin embargo este flujo acelerado de mercancías no ha dejado suficiente tiempo al sistema cultural, ni siquiera para desarrollar los conceptos necesarios para procesar los desechos nocivos para el medio ambiente. De repente aparecen problemas que ya no pueden ser resueltos con el conocimiento de la propia cultura tradicional. Resulta que para un sistema social no es suficiente recibir informaciones parciales sin poder integrarlas en la totalidad de una estructura intercultural muy compleja. Para el caso concreto esto significaría asimilar nuevos conceptos y conocimientos sobre desechos tóxicos y transmitirlos a la población. Si bien era posible tirar desechos orgánicos en el mar, desechar baterías usadas no es posible sin dañar el medio ambiente.
Figura 6: Diagrama de indicadores que comparan la relación entre cultura y economía en el Alto Río Negro con la existente en la comunidad Carti Sugdup en Panamá.
En la relación entre cultura y economía se refleja la sostenibilidad ecológica de un proceso autonómico. Mientras que esta relación, en el caso del Alto Río Negro parece bastante equilibrada, aparecen en la comunidad Carti Sugdup grandes deficiencias en los campos de la Economía (formas de producción y de distribución) salud y vivienda.
De manera sintética se deja resumir:
• Que la interculturalidad es una condición necesaria para la preservación del medio ambiente. Para poder asimilar el conocimiento ecológico de otras culturas es necesario la apertura del sistema autonómico.
• Tiene que existir la posibilidad de que el sistema económico adapte las influencias de afuera y las integra en su propia escala de valores en la medida que considera estas influencias útiles a la comunidad.
• Para desarrollar la capacidad de „traducir“ fenómenos provenientes de otras culturas en la cosmovisión propia se necesita una comprensión mutua que va más allá del aprendizaje de técnicas pragmáticas. Por lo tanto es necesario que, sobre todo, en aquellas regiones que fueron literalmente asaltadas por el llamado „mercado libre“ se establezca un diálogo de culturas que cuestiona los problemas desde su raíz cultural para poder avanzar, paso por paso hacia un desarrollo sostenible.
7.Hipótesis de Territorialidad:
Cuando mayor es el control de un sistema o sujeto autonómico sobre un determinado territorio, menor es el peligro de una destrucción masiva de los recursos naturales y por lo tanto más grande la sostenibilidad del sistema.
Los factores más importantes que conducen a la apropiación del territorio por el sujeto autonómico son:
• Conocimientos específicos sobre la utilización de los recursos naturales („local knowiedge“)
• La cohesión social sobre la base de un bien común culturalmente definido („local capital“) y
• La autonomía política en los procesos de decisión
Relación Investigada: Territorialidad –Autonomía
Fórmula Breve: Territorialidad = autonomía política + Cultura
Para conservar la biodiversidad respectivamente los recursos naturales, es necesario considerar los derechos territoriales de los pueblos indígenas. La investigación de LATAUTONOMY ha demostrado que el concepto de la herencia colectiva y cultural que tienen los pueblos indígenas implica un conocimiento colectivo que valoriza la preservación de la naturaleza. Este conocimiento se distingue cualitativamente de la lógica de la economía neoliberal orientada exclusivamente por la utilización y el consumo inmediato.
En este sentido la territorialidad y el conocimiento indígena forman una unidad cuya vertiente material es la posesión de tierras y cuya vertiente cultural es el conocimiento de la disponibilidad de los recursos naturales. Mientras que en los pueblos amazónicos por ejemplo predomina la conciencia de una territorialidad potencialmente ilimitada, los indígenas del altiplano relegados a regiones remotas, tienen que conformarse con un conocimiento que permite trabajar la tierra en un espacio muy reducido.
Siguiendo estas diferencias existen diferentes formas de territorialidad:
El estatuto de autonomía de Nicaragua se refiere en su artículo 11 inciso 8 a la territorialidad, pero sin contemplar las estructuras organizativas de las comunidades indígenas que son un elemento constitutivo de los procesos autonómicos (vea también: 2. Hipótesis de la Red); de manera que es esta ley no es suficiente para proteger la propiedad intelectual y colectiva del territorio contra el abuso de las compañías transnacionales. En México y en Ecuador a su vez la territorialidad llega solamente hasta los límites municipales que también es la razón por la que muchos campesinos tengan que caminar grandes distancias para llegar a su parcela de tierra. Y en el Chapare boliviano la estructura política algo rígida del sindicato protege las tierras de los abusos sin embargo tiene que rendirse muchas veces ante la presencia masiva de unidades del ejército boliviano y norteamericano.
Figura 7: Diagrama de indicadores que relacionan la territorialidad, el conocimiento tradicional con los marcos legales, en la comunidad Kuna Ustupu en Panamá y en las comunidades criollas en Bluefields, Nicaragua.
La diferencia no podría ser más evidente. Mientras que en la comunidad Kuna de Ustupu relativamente apartada de influencias externas se refleja una fuerte vinculación entre el territorio con un gran conocimiento cultural (local knowledge) y muestra como está conduce a un reconocimiento de facto por parte del Estado panameño, en las comunidades de Bluefields, Nicaragua tanto el conocimiento como la autonomía son bastante subdesarrollados porque carecen de una base territorial.
Qué importancia tiene la relación entre autonomía y territorio para la tan anhelada independencia económica y política de la América Latina actual. El „Grupo de Barbados“ trató de dar una respuesta a esta pregunta en su tercera reunión en 1993, en Río de Janeiro, sobre: „Pluralidad Étnica, Autonomía y Democratización en América Latina“:
„Un proceso de democratización de América Latina que incluya efectivamente a los pueblos indios no podrá viabilizarse si no se toma en cuenta la necesidad de reordenamientos geopolíticos que contemplen la especificidad de la forma de territorialidad de los indígenas. En este sentido, el concepto de pueblo corresponde a poblaciones humanas organizadas, étnicamente definidas, distintas y dotadas de una dimensión espacial que es su territorio. Este se concibe como un ámbito definido por el conjunto total y estructurado de relaciones ecológicas, sociales y simbólicas entre una sociedad y el espacio geográfico continuo o discontinuo sobre el cual actúa. Incluso, en los numerosos casos en que pueblos indígenas hayan quedado divididos por fronteras, es de derecho que puedan aspirar a ciudadanías dobles o múltiples.
En cualquier caso la autonomía territorial implicará no solamente la toma de consciencia acerca del uso de recursos naturales y económicos sino también la aceptación política y cultural de la nación que sólo podrá hacerse efectiva a partir de la aceptación global de la soberanía compartida“ (Grünberg 1995a:22-27)
Esta definición de autonomía retoma explícitamente la concepción de una soberanía compartida entre el Estado nacional y la población indígena en las regiones autónomas, lo cual significa:
• Que el reconocimiento de la territorialidad en las regiones autónomas no solamente tiene que formalizarse en las leyes del Estado nacional sino que las constituciones nacionales tienen que orientarse en el concepto de un Estado multiétnico y pluricultural, tal como lo está reclamando la CONAIE de Ecuador. En este caso también países como Guatemala se convertirían en un Estado completamente nuevo, muy diferente del actual, cumpliéndose la idea principal y algunos reclamos explícitos de los Acuerdos de Paz de 1996.
• Que también las sociedades no indígenas en América Latina pero también en Europa puedan constituirse en autonomías de la sociedad civil identificando sus conocimientos („local knowiedge“) como common goods (bienes públicos) accesibles para todos. Esto abriría espacios regionales controlados por las asociaciones de productores de cada región y garantizaría la soberanía alimentaria de todos los pueblos del mundo.
8. Hipótesis de Gobernabilidad:
Cuanto más eficientes son los mecanismos de solución de conflictos aplicando el derecho consuetudinario en el ámbito local y regional, mayor es la sostenibilidad política de un sistema. Porque la gobernabilidad democrática en el sentido de la good governance depende en gran medida si los sujetos autonómicos logran consolidar su sistema jurídico interno. O dicho de otra manera: cuanto más fuerte es la influencia del sistema del Estado nacional, menor es la sostenibilidad política y económica y más débil la autonomía.
Relación Investigada: Solución de Conflictos -Autonomía Política.
Fórmula Breve: Gobernabilidad democrática =solución de conflictos local y regional.
Una de las mayores discrepancias entre el concepto de soberanía nacional y política autonómica se evidencia en el contexto de la pregunta: ¿ qué sistema de derecho se debe aplicar en la regulación de conflictos locales y regionales?. Mientras que el Estado nacional poscolonial usaba en América Latina muchas veces las constituciones copiadas del sistema jurídico francés como instrumento del ejercicio de un poder territorial, los pueblos indígenas han insistido desde siempre en las regiones autónomas pero también en las regiones sin autonomía propia en la aplicación de su derecho consuetudinario tradicional. Hoy en día una gran mayoría de expertos juristas se han puesto del lado de los indígenas argumentando que estos conocen mejor su realidad cultural que el poder judicial nacional. Ellos alegan también que las diferencias culturales entre los partidos en conflicto pueden ser superadas más fácilmente con la aplicación del derecho consuetudinario que con la aplicación del derecho nacional.
Pero existe también una otra razón por el hecho de que conflictos internos se pueden solucionar más fácilmente en las regiones autónomas que en las regiones sin autonomía: La concepción jurídica de los pueblos indígenas no esta centrada en el castigo sino en la conciliación. En lugar de un derecho penal una especie de obligación a la conciliación en el derecho indígena y también en el derecho civil la mediación tiene un papel preponderante, una idea que ha sido aceptada por los sistemas jurídicos más modernos de Europa.
Frente a la justicia retributiva en cuyo centro se encuentra una justicia distributiva orientada a conseguir la paz; ésta última puede considerarse como mucho más democrática por el simple hecho que permite un mayor control de las personas directamente involucradas en el proceso que el derecho abstracto del Estado nacional en la que los partidos en conflicto no tienen casi ninguna influencia.
Pero también aquí hay diferencias entre las regiones. En México por ejemplo hay regiones como la de Oaxaca donde en la práctica el derecho consuetudinario se aplica menos que en Chiapas donde las llamadas juntas de buen gobierno de los „Caracoles“ tienen un poder judicial basado en el derecho consuetudinario. Lo mismo ocurre con los Kunas en Panamá donde los llamados Sailas - que son las autoridades religiosas- aplican en casi todos los casos el derecho consuetudinario indígena. En Ecuador la aplicación del derecho consuetudinario es hasta reconocida por la constitución. En el Chapare boliviano a su vez el ejercicio de la justicia queda en manos de los sindicatos cocaleros que aplican un „sistema híbrido“ entre el derecho del Estado y el derecho consuetudinario.
Figura 8a y b: Diagrama de indicadores que correlacionan las competencias para la solución de conflictos locales con los indicadores para la autonomía política en general en las regiones Kunas (en especial Carti Sugdup) el altiplano de Ecuador y Los Altos en Chiapas, México.
En todos los tres casos se aplica el derecho consuetudinario a la par del derecho nacional.
Fig. 8b I
Puesto que -como se ha dicho- los partidos participantes en el conflicto están involucrados en las comunidades y regiones autónomas directamente en el proceso este lleva también, en la gran mayoría de los casos, a soluciones aceptadas por los contrincantes. Sólo hay que pensar que en el derecho penal indígena (que en realidad es un derecho que no conoce la penalización) existe la compensación entre víctima y victimario que consiste en que al victimario se le obliga a prestar determinados servicios a la víctima. Esta lógica de la jurisdicción indígena que se aplica en las regiones autónomas como también a la población no indígena preservando las diferencias culturales, tiene a su vez grandes repercusiones en los procesos políticos de las regiones autónomas. Porque de manera muy directa estimula los mecanismos de una democracia participativa al incluir la población de antemano en el proceso de la solución de conflictos que al mismo tiempo es un proceso de discusión comunitario.
Aún más: al reducirse la distancia entre los sujetos y los objetos de la jurisdicción, existe también un control permanente de las autoridades por la comunidad, un hecho que reduce el peligro de la corrupción de las autoridades judiciales - un problema inmenso en los Estados nacionales de América Latina- a un mínimo contribuyendo de esta manera a la llamada good governance de manera importante.
De esta manera se puede afirmar que la jurisdicción que aplica el derecho consuetudinario en el ámbito local y regional es una contribución considerable a la sostenibilidad de un sistema autonómico.
Para alcanzar este objetivo es por lo tanto necesario:
• Que los sujetos autonómicos obtengan por la vía de las negociaciones cada vez más competencias jurisdiccionales y que estas sean formalizadas por las constituciones nacionales como ha sido el caso en Ecuador y Bolivia.
• Que como consecuencia de este reconocimiento por parte del Estado se promueva muy particularmente la formación de mediadores como parte integrante del sistema educativo de las autonomías.
• Que en el caso de conflictos externos entre miembros y autoridades de regiones autónomas y no autónomas se establezcan comisiones mixtas integradas por expertos antropólogos que realizan peritajes antropológicos.
Y finalmente es necesario desarrollar un código de derechos sociales, económicos y políticos basado en la cosmovisión de la población indígena que sea también reconocido por los jueces y legisladores del Estado nacional.
9. Hipótesis de Economía Ecológica:
Cuanto más la disponibilidad de los recursos se regula exclusivamente por las fuerzas del mercado y no por procesos de decisión política basados en el conocimiento local, menor es la sostenibilidad de los recursos naturales. Porque siendo el mercado el único mecanismo de conducción no esta en condiciones, debido a su enorme velocidad, de respetar una degradación sostenible de los recursos y de tomar en cuenta desarrollos a largo plazo.
Relación Investigada: Economía -Ecología
Fórmula Breve: Economía+ Ecología =Política+ Cultura
En lo que fundamentalmente se tiene que pensar al revisar esta hipótesis de economía ecológica es la estructuración del mundo social que se muestra en las comunidades indígenas muy claramente: El sentido de actividades económicas comunes se refleja muy particularmente en el medio social en que los seres humanos comparten tiempo y espacio incluyendo siempre a los demás en las reflexiones propias abarcando tanto la memoria colectiva de los antepasados como el porvenir pensando a la hora de decisiones en las generaciones futuras. Este análisis estructural del mundo social según Alfred Schütz („La construcción del mundo social“1932) muestra claramente como en las diferentes comunidades repercuten las distintas dimensiones de espacio y de tiempo en la vida social de las personas, pero también en el espacio social propio que es el resultado de las condiciones de vida.
Si la distribución de los recursos naturales se efectúa exclusivamente por las fuerzas del mercado que no tiene raíces en la estructura del medio social y tampoco se puede integrar en él posteriormente, no se puede garantizar una utilización sostenible de los recursos.
Muy particularmente este fenómeno se puede observar en las zonas „proletarizadas“ de la Costa Atlántica de Nicaragua, sobre todo en las zonas mineras y en Puerto Cabezas donde la integración de las comunidades en la estructura del mercado nacional e internacional ha ocasionado una pérdida definitiva tanto de la autonomía cultural y política como del equilibrio ecológico.
Pero también la expansión de las compañías petroleras en la amazonía ecuatoriana ha causado daños irreparables en la calidad de vida de la población autóctona que puede llevar hasta al exterminio de las culturas indígenas allí asentadas en el sentido de un etnocidio. Esto demuestra una vez más el ejemplo de Sarayacu:
Empresas transnacionales incursionaron en la región de los Quichuas y empezaron perforaciones explorativas en medio de la selva tropical de la amazonía. Como consecuencia se produjo una contaminación ecológica de grandes extensiones y una degradación de los recursos en las tierras aledañas a las tradicionales fuentes de agua de las comunidades indígenas, quienes comenzaron a organizar fuertes protestas, argumentando que su base económica y cultural así como sus derechos a la utilización de los recursos naturales fueron violados por la actuación descoordinada de las empresas. Por otro lado esta el hecho de que los convenios con las compañías petroleras habían sido negociados únicamente y exclusivamente con el Estado ecuatoriano sin tomar en cuenta la presencia significativa de los indígenas en la región. Las acusaciones de la población afectada alegaron que sus objetivos de acción colectiva iban a ser quebrantados por la destrucción de sus relaciones interétnicas e intergeneracionales.
Este ejemplo demuestra que la actuación acelerada del mercado no tiene la capacidad de tomar en cuenta los desarrollos a largo plazo y conlleva a la pérdida del conocimiento tradicional - en este caso de las poblaciones indígenas. Porque si ya no existen los mecanismos para la degradación duradera y sostenible de los recursos naturales se vuelve también obsoleta la transmisión oral de los conocimientos. Y aún los proyectos concebidos por el mercado bajo el título de „Conservación del Conocimiento Tradicional“ no pueden evitar la pérdida irrecuperable de los conocimientos si al mismo tiempo se destruye el medio ambiente en que se desarrollan estos conocimientos.
Sin embargo, no se trata tampoco de aislar las comunidades y regiones autónomas de los mercados sino de integrar algunos de sus elementos en la lógica de las poblaciones autóctonas como es por ejemplo el caso en las regiones de Otavalo y Cotacachi en Ecuador, donde las administraciones de los municipios autónomos han logrado integrar los modernos mecanismos de mercado a su cultura artesanal basada en una tradición de siglos, sin interrumpir el vínculo entre ser humano y medio ambiente. No es casual que precisamente estas municipalidades han también tomado medidas para proteger sus mantos acuíferos de la injerencia de empresas industriales. Junto con la región autónoma del Alto Río Negro en la Amazonía brasileña figuran entre las ecológicamente más sostenibles de todas las regiones investigadas por el proyecto LATAUTONOMY.
Figura 9: En las gráficas arriba señaladas los grupos de indicadores que se refieren a ecología, alocación de recursos, decisión política autónoma y conocimiento local. Mientras que los tres ejemplos arriba indicados reflejan un equilibrio bastante grande, los ejemplos abajo revelan un déficit en la sostenibilidad ecológica que se debe en todo los cuatro casos a la injerencia creciente de empresas y actores transnacionales.
Para superar la dicotomía entre mercado y cultura es necesario:
• Adaptar los mecanismos de mercado a las condiciones culturales sometiendo el mercado a determinadas reglas básicas arraigadas en la tradición de la población local.
• Desarrollar un sistema de códigos culturalmente compatibles que permiten adaptar las necesidades del mercado a las necesidades del ser humano.
• Desarrollar un sistema intercultural de educación capaz de traducir las cosmovisiones de la población indígena y sus criterios de sostenibilidad en recomendaciones pragmáticas y operativas.
• Lograr, por medio de negociaciones entre los sujetos autonómicos y el Estado nacional que la expansión salvaje de las empresas transnacionales sea impedida ( o por lo menos frenada) por medidas legales en el ámbito de Estado nacional.
10. Hipótesis de la Inestabilidad.
Aunque la Autonomía Multicultural no es de por sí una garantía para un desarrollo sostenible, se puede afirmar que (el rechazo de estructuras autonómicas que están surgiendo recientemente en muchas regiones del mundo) el Estado nacional y el sistema económico neoliberal conducen necesariamente a la inestabilidad de los sistemas políticos y a la pérdida definitiva de cualquier posibilidad de un desarrollo sostenible.
Relación Investigada: Autonomía -Estado Neoliberal
Fórmula Breve: - Autonomía = - Sostenibilidad
La larga caminata por los paisajes políticos de la Autonomía Multicultural nos ha llevado otra vez al punto de partida. La hipótesis central de la investigación de LATAUTONOMY: „Autonomía Multicultural: Una condición necesaria para el desarrollo sostenible?“Que -como cualquier hipótesis estaba acompañada originalmente de un gran punto de interrogación, nos ha mostrado un mundo nuevo que en realidad es un mundo muy antiguo: El mundo de los orígenes de formas de vida determinadas por la cultura. El discurso del esclarecimiento europeo que se ha extendido por casi toda la faz de la tierra, con su lógica lineal y polarizante y adicta al progreso, ha separado tajantemente naciones, clases sociales y culturas. Desde las guerras coloniales hasta el „choque de civilizaciones“, desde la Segunda Guerra Mundial hasta Vietnam e Irak se extiende el inmenso arco de energías destructoras que desestabiliza el equilibrio de cualquier sistema político y social.
La búsqueda de nuevos horizontes del conocimiento pero también la de soluciones para los problemas políticos y económicos que afectan la humanidad como consecuencia de la globalización neoliberal nos ha llevado a América Latina donde hemos encontrado a aquellos sobrevivientes que fueron considerados por siglo testigos silenciosos de un pasado superado hace mucho tiempo. La preocupación por sus puntos de vista nos ayudó a abrir los ojos para comprender la crisis de nuestra propia civilización como parte de una problemática humana universal. Cabe la pregunta: ¿ Puede existir ante el derrumbe de los Estados nacionales y la dominación de las corporaciones transnacionales algo como un „desarrollo sostenible“? ¿Dónde podemos ubicar los puntos cardinales de nuestra existencia cuando hasta el cielo parece desplomarse sobre nuestras cabezas?
La respuesta a estas preguntas suena muy fácil pero es de una enorme complejidad: Un desarrollo sostenible solamente puede existir si tenemos el valor de rescatar lo propio sin olvidar a los demás -como aquellos que no han dejado por siglos, día tras día, año tras año, de dar muestras de solidaridad que a la vez son señales de resistencia contra un mundo crecientemente enajenado.
A partir de estas señales cuya fuerza simbólica ha sido a veces mucho más duradera que los regímenes más poderosos de este mundo se han formado estructuras sociales, políticas y económicas propias que han traspasado últimamente los límites de su propia étnicidad convirtiéndose en ejemplos vivos para aquellos que les están vecinos. Poco importa, si estas estructuras se llamas como en México, Nicaragua y Kuna Yala, autonomías o más bien tienen ciertas reticencias a definirse como autonomías como en Brasil, Bolivia y Ecuador; lo importante es que las autonomías multiculturales se han desarrollado en muchas regiones de América Latina como sujetos políticos propios que luchan por su identidad.
¿Pero es éste desarrollo realmente sostenible? ¿ O acaso son las autonomías como estrellas fugaces en el horizonte de la historia? De todas maneras se ha comprobado en esta investigación su capacidad de resistir; son más duraderas que el llamado Imperio de Mil Años que solamente duró 12 años o la Revolución Francesa que muy pronto fue rebasada por Napoleón Bonaparte. Si las autonomías multiculturales realmente son sostenibles esto al fin y al cabo lo demostrará la historia y dependerá en gran medida si pueden imponerse contra sus enemigos.
Si las autonomías multiculturales, tales como las hemos investigado a lo largo de tres años, realmente son una condición necesaria para el desarrollo sostenible es entonces una pregunta cuya respuesta queda abierta. Mucho habla en favor de esta hipótesis:
- El equilibrio más o menos grande entre los parámetros políticos, económicos y culturales que las constituyen (Hipótesis 1);
- El grado (mayor o menor) de democracia participativa como consecuencia de la formación de redes regionales de las comunidades ( Hipótesis 2), etc., etc.
Sin embargo también existen argumentos en contra de la hipótesis central: Donde falta la independencia económica (como por ejemplo en el Chapare boliviano), o en los casos donde no existe un reconocimiento formal por los Estados nacionales como en Chiapas o en la Amazonía brasileña.
Lo que de cualquier manera se ha confirmado en el análisis exhaustivo de las regiones autónomas es el hecho de que cualquier impedimento a los procesos autonómicos es también un impedimento al desarrollo sostenible -sobre todo porque los demás sistemas políticos, económicos y culturales que dominan actualmente este planeta tierra no son sostenibles.
Figura 10: Diagrama de sostenibilidad integral de todas las regiones de investigación de LATAUTONOMY.
Estas gráficas reflejan los diferentes grados de sostenibilidad en todas las doce regiones. Muy particularmente se muestran las relaciones de los indicadores en cuanto a los ejes autonomía, cultura/interculturalidad y economía lo cual permite ver en que regiones cuales de los ejes son particularmente sostenibles.
Si hacemos por un momento abstracción de los sujetos concretos de los diferentes procesos autonómicos multiculturales y miramos la AUTONOMIA MULTICULTURAL como una especie de -modelo, un punto de referencia para la formación de procesos políticos, económicos e inter/culturales entonces si podemos afirmar que la AUTONOMIA MULTICULTURAL es hoy en día una condición necesaria para el desarrollo sostenible. Porque este „modelo“ que en la realidad social no existe en su forma pura de un cristal sin fisuras y sin máculas, si es capaz de ofrecer un desarrollo económico que no implica la venta de los recursos naturales; que sí es capaz de prever un desarrollo cultural que no lleva a la descomposición y atomización de las estructuras sociales y es capaz de crear un sistema político que no excluye las mayorías de los procesos de decisión.
En este sentido la AUTONOMIA MULTICULTURAL puede calificarse como una utopía. Pero no es una utopía sin fondo, no es un castillo en el aire, sino un sistema político basado en procesos sociales reales; esto lo han comprobado los numerosos casos que los equipos de investigación de LATAUTONOMY han investigado en los últimos tres años. Quod erat demonstrandum.
Si este concepto de AUTONOMIA MULTICULTURAL derivado de la realidad de América Latina también se puede aplicar a otras regiones en el mundo y que es lo que ocurre si lo tomamos como referencia para procesos tan diferentes como el de Chechenia en el Cáucaso o el de Cataluña en el estado español, lo mostrará la última parte de este libro.

1 comentario:

Janario dijo...

¿La unidad de la diversidad?

Anoche publiqué una sencilla viñeta a la que le encuentro alguna relación con esto!

Drama Contemporáneo (Política Nacional)

Saludos,
Janario

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